Soy Rosalba Montoya, dueña de Puente Alba y miembro fundadora de la Cooperativa Raíces para el Cambio. Soy amante de la naturaleza y he tenido la satisfacción de trabajar con la comunidad Latina, dando apoyo a familias en Condado Dane, por los últimos 6 años.
Cualificaciones profesionales y areas de especialización
Mi nombre es Rosalba Montoya, soy de México. Les quiero contar un poco acerca de mi vida. Uno de mis deseos era haber tenido una educación, especialmente haber terminado mi educación secundaria. Esto no fue posible porque donde vivía, era un pueblo rural muy pequeño. La mayor parte de mi niñez y mi juventud la pase con mi madre y mis hermanos pequeños. De mi papá tengo recuerdos bonitos porque por temporadas no estuvo físicamente con nosotros, pero durante su ausencia mi mamá recibía cartas muy seguido. Casi siempre había una pequeña cartita para mí, todavía recuerdo las primeras palabras al comenzar su carta que me decía, para mi hija que recuerdo mucho y espero verla pronto. Yo apenas comenzaba a leer.
De mi pueblo migre a Chicago, donde estaba mi papá. Viví en casa de un tío y por razones de trabajo veía a mi papá los fines de semana. Recuerdo que, aunque estaba con familia me sentía sola, extrañaba a mi mamá y mis hermanas. Ahora sé que muchas veces estaba deprimida. Después de un tiempo, la persona que se convertiría en mi esposo migró para estar conmigo. Tengo una anécdota de cuando estaba preparando mi boda. La primera vez que mi padre y yo visitamos Wisconsin, en el camino me sorprendí al ver las parcelas llenas de maíz, me sentí feliz porque hacía mucho tiempo no veía esta planta. Le pregunté a mi papá: “¿es eso maíz?” Él me contestó como haciendo mofa de mí y me dijo “¿Ya no lo conoces?” Contesté “claro que sí, sólo que me hace feliz mirar tantos cultivos tan bellos”. Después de nuestra boda, decidimos mudarnos a Wisconsin. Me gusta donde vivo, porque hay mucha actividad agrícola, que me recuerda el lugar donde crecí. De hecho, mi primer trabajo fue unos invernaderos de plantas ornamentales. Estuve ahí por algunos años, hasta que mi esposo y yo decidimos tener a nuestro hijo Ángel. Cuando nació por decisión propia, me quedé en casa disfrutando de su crecimiento. Cuando mi hijo comenzó en 4k, conocí a una mujer Latina, como yo. Justamente por ella conocí a Centro Hispano y a diferentes culturas. Agradezco ser parte de Centro porque al estar ahí me siento como en mi propia casa. Ademas, ahi nacio Puentealba una de las LLC de la cooperativa Raíces Para el Cambio al cual ahora pertenezco.
De mi labor como promotora y doula quiero contarles acerca del grupo de postparto y diferentes actividades que se hacen en la comunidad. En el grupo de apoyo a madres, les proveemos información referente al desarrollo de un bebé y salud emocional de la madre. Por ejemplo, hablamos mucho de la depresión post-parto y cómo puede afectar a la madre después del nacimiento del niño y los beneficios de tener una doula en el transcurso del embarazo y en el parto.
Tomando ventaja de ser mujer y madre decidí apoyar a la mujer en un momento tan vulnerable y a la vez un momento con tanta fuerza, como el dar luz a un bebé. Uno de mis propósitos como doula es empoderar, educar, alentar y hacer del parto una experiencia sin trauma. Algunos de mis servicios son: técnicas de respiración, apoyo emocional, entrenamiento antes del parto, masajes prenatales, masajes que ayudan a disminuir el dolor durante el trabajo de parto y orientar a la madre acerca de la lactancia.
Muchas mamás sufren en silencio, tienen miedo de decir lo que están sintiendo y aquí es dónde la depresión post-parto puede complicarse. Se estima que una en cada cinco mujeres en los Estados Unidos sufre depresión post-parto y desafortunadamente la comunidad Latina es muy afectada por esta condición. Muchas veces, por el tabú que hay en nuestra sociedad, las madres se quedan calladas impidiéndoles pedir ayuda. Mencionó este tema en particular porque creo que es más común de lo que pensamos y está presente en todas las clases sociales y se puede tratar como cualquier condición médica.
Este y otros temas son los que tratamos en una charla con mamás. Siempre trato de enfocar que no es una clase, sino una reunión donde se les brinda adecuada información y validada por pediatras que nos entrenaron. Puedo ver que las madres se sienten en confianza y entre ellas mismas comparten sus experiencias. Todas aprendemos de todas y siempre les recordándoles a las madres que estamos ahí para apoyarlas. Después de casi 6 años, he aprendido muchas cosas y sigo en la lucha del aprendizaje, para tener las herramientas necesarias para ser un puente de información para las personas que lo necesiten. Estas reuniones con las madres nos hacen darnos cuenta de la carencia de información en aspectos tan importantes como la salud materna e infantil.
En la cooperativa Raíces Para el Cambio queremos y como tal Puente Alba es enfocarnos en las familias, para garantizar su seguridad alimentaria, nutricional, y emocional.
Aunque seamos parte de la comunidad, a veces no tenemos la disponibilidad o no sabemos cómo obtener este tipo de información, es por esto que nuestros programas brindan este tipo educación. En este momento mi objetivo es lograr que nuestra comunidad tenga acceso a más información para desarrollarse más holísticamente. Es importante y evidente, que tenemos un gran interés de involucrar a niños en los programas. Pienso que es por eso que estoy muy interesada en las conexiones entre alimentación, la salud mental y el cultivo de nuestros propios alimentos, ya que veo estos tres aspectos directamente relacionados con el desarrollo y el bienestar familiar.
